Vivir en el campo, tener una cómoda situación económica y una buena asistencia médica son algunos factores que ayudan a pasar una mejor noche. Luego de analizar los datos de 15.638 chinos mayores de 65 años, una investigación que acaba de ser publicada en la revista Sleep concluyó que quienes duermen más tienen una vejez con menos enfermedades.
El estudio realizado por académicos de la Universidad Estatal de Portland (EE.UU.) utilizó la información entregada por la Encuesta Longitudinal China de Longevidad Sana.
En ella, el 65% de los encuestados admitió dormir bien o muy bien y estar en promedio 7,5 horas diarias en los brazos de Morfeo.
La mayor sorpresa, eso sí, se vio entre los centenarios, quienes reportaron descansar mejor que el resto y ser tres veces más propensos a dormir 10 horas.
Para calcular las horas de sueño, se tomó en cuenta tanto el tiempo nocturno como las siestas diurnas.
Por otro lado, quienes tenían una asistencia médica adecuada y los que contaban con una buena situación económica familiar reportaron ser un 84 y 56%, respectivamente, más proclives a dormir mejor.
Otros factores que ayudarían a dormir bien, según los encuestados, son vivir en una zona rural, no sufrir enfermedades y ser hombre -ellos admitieron descansar 23% más que las mujeres-. Quienes viven en pareja o junto a familiares también tienden a descansar mejor.
Noches reponedoras
“La edad y las condiciones de salud son dos de los factores más importantes asociados a la calidad y duración del sueño percibidos por uno mismo”, explicó Danan Gu, director de la investigación.
“La mayoría de los ancianos sanos podría tener una buena calidad de sueño (…). Los problemas de sueño en edades más avanzadas por lo general surgen a causa de una variedad de factores fisiológicos y sociales, más que por el envejecimiento en sí mismo”, agregó el autor.
Según la neuróloga y especialista en trastornos del sueño de la Clínica Las Condes, doctora Larisa Fabres, extrapolar los resultados de este estudio a nuestro país tiene algunas limitaciones. “Hay diferencias culturales importantes entre el concepto de familia y la calidad de vida en China y en Chile”.
Además, recuerda que si bien es normal que un adulto mayor duerma en promedio 7 horas, la calidad de su sueño es diferente al de una persona más joven. “Se trata de un sueño más fragmentado y superficial, que muchas veces provoca que anden somnolientos durante el día. No es lo mismo dormir en la noche a tener microsueños durante el día”.
VIA/EL MERCURIO
El estudio realizado por académicos de la Universidad Estatal de Portland (EE.UU.) utilizó la información entregada por la Encuesta Longitudinal China de Longevidad Sana.
En ella, el 65% de los encuestados admitió dormir bien o muy bien y estar en promedio 7,5 horas diarias en los brazos de Morfeo.
La mayor sorpresa, eso sí, se vio entre los centenarios, quienes reportaron descansar mejor que el resto y ser tres veces más propensos a dormir 10 horas.
Para calcular las horas de sueño, se tomó en cuenta tanto el tiempo nocturno como las siestas diurnas.
Por otro lado, quienes tenían una asistencia médica adecuada y los que contaban con una buena situación económica familiar reportaron ser un 84 y 56%, respectivamente, más proclives a dormir mejor.
Otros factores que ayudarían a dormir bien, según los encuestados, son vivir en una zona rural, no sufrir enfermedades y ser hombre -ellos admitieron descansar 23% más que las mujeres-. Quienes viven en pareja o junto a familiares también tienden a descansar mejor.
Noches reponedoras
“La edad y las condiciones de salud son dos de los factores más importantes asociados a la calidad y duración del sueño percibidos por uno mismo”, explicó Danan Gu, director de la investigación.
“La mayoría de los ancianos sanos podría tener una buena calidad de sueño (…). Los problemas de sueño en edades más avanzadas por lo general surgen a causa de una variedad de factores fisiológicos y sociales, más que por el envejecimiento en sí mismo”, agregó el autor.
Según la neuróloga y especialista en trastornos del sueño de la Clínica Las Condes, doctora Larisa Fabres, extrapolar los resultados de este estudio a nuestro país tiene algunas limitaciones. “Hay diferencias culturales importantes entre el concepto de familia y la calidad de vida en China y en Chile”.
Además, recuerda que si bien es normal que un adulto mayor duerma en promedio 7 horas, la calidad de su sueño es diferente al de una persona más joven. “Se trata de un sueño más fragmentado y superficial, que muchas veces provoca que anden somnolientos durante el día. No es lo mismo dormir en la noche a tener microsueños durante el día”.
VIA/EL MERCURIO