viernes, 31 de julio de 2009

Alternativa Responsable: Competitividad, Productividad y RSE


“Las empresas socialmente responsables son más productivas, incrementan su valor y se hacen así más capaces de competir en el mercado global”. Desde que en septiembre de 2007 el colectivo Alternativa Responsable publicase su “Manifiesto por la responsabilidad social de las empresas”, en el que se recogía la afirmación con que abre este artículo, han pasado muchas cosas. La más importante, la llegada abrupta de una crisis económica que ha puesto a las empresas en la situación más complicada desde la gran depresión.
En este ambiente, ¿tiene sentido seguir hablando de Responsabilidad Social Empresarial cuando la mayoría de las empresas, sobre todo las Pymes, tienen como primer objetivo su supervivencia? Desde el colectivo de Alternativa Responsable creemos que sí. Creemos que hoy más que nunca, existe una relación causa efecto entre RSE y productividad, creación de valor y, en última instancia, cuenta de resultados. Esta afirmación se sustenta en las siguientes reflexiones.


1. La RSE no es un gasto.

La RSE tiene que ver con una forma de entender la empresa basada en la integridad, la transparencia, la legitimidad social y en los principios de sostenibilidad del negocio a largo plazo. Entendida así, la RSE tiene que ver no tanto con lo que se dona, sino, fundamentalmente, con la forma en la que la compañía obtiene sus ingresos. El cumplimiento de la ley; los procesos de control interno; la transparencia; el equilibrio entre maximizar los ingresos/reducir los costes; el no comprometer principios fundamentales como el respeto a los derechos humanos, los derechos laborales, el cuidado ambiental, o las prácticas anticorrupción en todo su teatro de operaciones (recogidos en el Pacto Global de las Naciones Unidas) son líneas rojas que la empresa no debe traspasar, a riesgo de comprometer su sostenibilidad futura. No vale el todo vale. Entender así la RSE, no significa ignorar los programas sociales que realizan las empresas a través de donaciones; pero conviene recordar que Lehman Brothers era uno de los grandes filántropos de Wall Street y su mala praxis de gestión le condujo a su desaparición.
2. Si la RSE no es un gasto, sino una forma de concebir la empresa y el modo en que ésta obtiene sus ingresos, necesariamente tiene que estar relacionada con las palancas que conforman la competitividad.

Tomando siempre como punto de partida la integridad, la transparencia y la sostenibilidad, el reto de la RSE está en contribuir a la sostenibilidad buscando nuevas formas de ingresos, contribuyendo al ahorro de costes, favoreciendo la satisfacción de los clientes y, en última instancia, teniendo un retorno positivo en la cuenta de resultados. La sostenibilidad no está reñida con la competitividad. Es más; es parte integrante de ella.


3. Si la competitividad está en buscar más ingresos, la RSE es capaz de generar nuevos motores de demanda.

En tiempos de crisis las leyes de la oferta y la demanda cambian hacia un modelo basado más en la economía real, en las necesidades básicas de las personas, familias, empresas o administraciones públicas. La búsqueda de nuevos motores de crecimiento con alto impacto social puede sacar a la luz nuevos nichos de mercado que anteriormente no se estaban cubriendo por no considerarse con márgenes significativos y por requerir una especialización y cualificación del personal que no había sido necesaria cuando se abordaban mercados masivos y o mercados con alto margen. Y la RSE juega ahí un papel clave porque significa mirar a aquellas actividades que tienen un alto impacto social.

Hay ejemplos. La creación de nuevos modelos de negocio basados en las energías renovables o en el ahorro y la eficiencia energética; la búsqueda de nuevos productos y servicios para personas mayores (hoy en más del 16% de la población es ya mayor de 65 años, y más del 59% de estas personas presenta algún tipo de dependencia; la previsión para 2020 es que porcentaje ascienda al 25% de la población de la Unión Europea (UE), atrayendo un mercad potencial de 3.000 millardos de Euros); las soluciones para potenciar la educación en el nuevo marco de las tecnologías de la información (es estima que entre 2009 y 2010 habrá una inversión de 69.000 millones de euros en bibliotecas digitales en la UE); las nuevas demandas de soluciones para personas con discapacidad (en Europa, solo el 3% de las webs del sector público cumplen con los estándares de accesibilidad); o el turismo rural y sostenible… son solo unos ejemplos de dónde están algunos de los nuevos motores de crecimiento económico.


4. La RSE es competitividad cuando contribuye a reducir costes en las organizaciones.

El uso eficiente de los recursos, especialmente de la energía, puede suponer hasta 2020 ahorros en Europa por importe de 600.000 millones de euros. Nuevos modelos de ahorro basados en la adquisición de equipos eficientes y su uso eficiente (encendido y apagado, racionalización del stand by); en apagado de edificios a una determinada hora; en temperatura y climatización adecuadas en despachos y salas; en impresión reducida y a dos caras; en el no uso del color; en la sustitución de la correspondencia en papel por el e-mail; en el uso racional del agua… son medidas que pueden ayudar a aminorar los gastos hasta en un 10% y encajan perfectamente con una política de RSE.


5. La RSE puede también convertirse en un elemento mitigador de riesgos para las empresas.

Los escándalos empresariales de los últimos tiempos no son sino reflejo de una carencia de políticas de integridad en las empresas, de inexistencia o incumplimiento flagrante de códigos éticos y de conducta. La crisis económica actual ha dado muestras suficientes de ser una crisis de excesos y de un comportamiento irresponsable. El coste de estos escándalos ha supuesto para algunas empresas un lastre del que difícilmente podrán recuperarse.


6. La RSE contribuye a la competitividad en la medida en que refuerza la fidelidad de los clientes y la conexión emocional de éstos con la marca. Comportamientos responsables y éticos ponen a una compañía, y a su marca, en el imaginario de sus clientes como “compañías en las que se puede confiar”, lo que, en última instancia, les permite tener mayores márgenes en sus precios, porque ese mayor margen recoge un plus de confiabilidad que el cliente está dispuesto a pagar. En la mente de todos se encuentran marcas que han hecho de la confianza su principal ventaja competitiva y, en torno a ella, han construido su propuesta de valor y se han garantizado un margen de precios superior que las ha permitido colchones de valor en tiempos de crisis.
Desde Alternativa Responsable somos conscientes que las algunas de las medidas vinculadas a la RSE, en el sentido en que las hemos expuestos aquí (búsqueda de más ingresos, contención de costes, minimización de los riesgos empresariales y construcción de una marca basada en confiabilidad), exige dedicación de recursos. Definir esos recursos como gasto o inversión, estará en función de cómo cada empresa entienda la construcción de un modelo de negocio sostenible en el tiempo. El modelo de negocio basado en la especulación rápida, en el corto plazo, en la maximización del recurso, en la “cultura del pelotazo”, se ha demostrado como uno de los principales causantes de la crisis económica. Por el contrario, modelos de empresa basados en la construcción de un proyecto a largo plazo, en el control de los costes y la inversión selectiva, en el crecimiento relacionado con el know how básico, y en la construcción de relaciones sólidas con el cliente, se ha consolidado como una fuente de creación y generación de riqueza; y la mejor defensa ante la crisis.
Definitivamente allí donde hay empresas, hay riqueza y bienestar. Donde no hay empresa, por lo general hay subsidio y menor nivel de desarrollo. El reto está en conseguir que el modelo de empresa sea sostenible en el largo plazo.





FUENTE: Alternativa ResponsableDisponible

miércoles, 22 de julio de 2009

¿Tiene futuro la Responsabilidad Social en tiempos de crisis global?

¿Llegará a su final el fenómeno de la RSE? ¿Quedará, quizá, congelado hasta tiempos mejores?


La crisis está entre nosotros. Ante las presiones por reducir costos, los CEOs analizan la conveniencia de mantener los gastos asociados a la Responsabilidad Social.
Así, ¿llegará a su final el fenómeno de la RSE? ¿Quedará, quizá, congelado hasta tiempos mejores?

Este artículo tiene como intención básica reflexionar sobre el fenómeno de la responsabilidad social de las empresas, y sobre el peligro de que se vea acorralada contra las cuerdas en un desigual combate contra los efectos de esta crisis.

No se trata de un ejercicio de pesimismo ("Dejemos el pesimismo para tiempos mejores", escribía recientemente el filósofo José Antonio Marina) sino de poner sobre la mesa algunas realidades y tendencias.

A grandes rasgos, es posible distinguir entre tres etapas de responsabilidad social: filantrópica, comunicativa y estratégica.

Estos tres enfoques se diferencian por la clase de vinculación entre los programas de RSE con los objetivos del negocio y el grado de formalidad con que se encaran.



El fin de la Responsabilidad Social filantrópica


La Responsabilidad Social filantrópica es informal, sin estructura, ni orientación gerencial.

En momentos de crisis como el actual, las iniciativas o programas con orientación preferente informal tienen pocas posibilidades de continuidad y suelen ser recortados "a hachazos" de los presupuestos.

Una prueba de esta afirmación se encuentra en el derrumbe de ingresos experimentado por muchas ONGs de orientación social, que están viendo reducirse las ayudas que reciben de empresas y particulares.


Crisis global, ¿oportunidad para una RSE de mayor calidad?


Si bien es cierto que, en medio de la incertidumbre, muchas compañías ya están congelando sus inversiones en RSE, otras se están apresurando en "hacer los deberes" para acelerar su transición desde la filantropía hacia las certificaciones.

Antes de abandonar el esfuerzo realizado en los últimos años, muchas creen que es más ventajoso "huir hacia delante", en una alocada carrera hacia las 3P (Profits, People & Planet) para vincularlas con el núcleo de negocio.

Existe una conciencia creciente de que la RSE podría ayudar a estas empresas a superar la actual crisis actuando como un factor de resistencia (¿o deberíamos decir "resiliencia"?).

La gran cantidad de notas de prensa y artículos sobre "business case" que aparecen en la prensa ordinaria y económica en estas semanas, se enmarca dentro de esta tendencia.

Este fenómeno nos inclina a pensar que ya es demasiado tarde como para que la Responsabilidad Social sea una moda pasajera o una víctima prematura de la actual situación económica.

La masa crítica de las empresas que han abordado este cambio pesa demasiado en el contexto internacional.

Ahora, se trata de dilucidar cómo mantener viva la llama de la Responsabilidad, repartiendo racionalmente un escaso presupuesto, haciendo mayor énfasis en unos temas (los que sean menos costosos) mientras se postergan aquellos que supongan mayor nivel de inversión.


¿Qué ocurrirá con la Responsabilidad Social ambiental?


En general, las acciones de tipo amnbiental que requieran grandes inversiones en equipamiento no se verán favorecidas.

La aplicación real de algunas regulaciones ambientales como la derivada de las emisiones de disolventes en la Unión Europea, no está siendo todo lo estricta que hubiera sido hace tan sólo unos años.

El mundo empresarial percibe esta relajación de los controles y sabe que ningún gobierno se atreverá a poner en peligro ni un solo puesto de trabajo en un ambiente de destrucción de empleo tan drástico como el actual.

Sin embargo, también es cierto las acciones enfocadas en el desarrollo sostenible siguen estando entre las más valoradas por una parte creciente de la sociedad.

En algunos sectores, como el automotriz, a pesar de las enormes dificultades y despidos masivos, seguiremos viendo un fuerte énfasis en la P de "Planeta" que puede llegar a extenderse con más fuerza hacia empresas proveedoras de primer y segundo nivel.

En estos rubros, ya no será suficiente con la ISO 14001, sino que se añadirán otros controles más estrictos en la Supply Chain.


La dimensión externa de la RSE


Hemos observado que la "dimensión externa" de la RSE se verá afectada por la crisis.

Con frecuencia, la acción social está relacionada con los beneficios de las empresas. Y, dado que éstos caen en picada, los programas de asistencia, comunicación hacia la sociedad y clientes serán recortados en la mayor parte de las firmas.

Esto afectará, sin dudas, a las actividades de los Departamentos de Marketing y Comunicación.

En momentos de crisis, la comunicacion unidireccional con los "stakeholders" se vuelve menos creíble que nunca. Es necesario algo más... Un estilo de relaciones y de diálogo cercano con todos los implicados.

Sin embargo, en un escenario de derrumbe de ventas, los Departamentos de Marketing de muchas compañías tienen prioridades muy distintas y será difícil que logren enfrentar este reto.


La dimensión interna de la RSE


La RSE también tiene una "dimensión interna" que involucra los temas que ocurren de puertas para adentro, como la reflexión y el replanteamiento de la Responsabilidad Social por parte de la Dirección, la gestión de personas, minimización de residuos, optimización de recursos naturales, etc.

Como hemos visto, las inversiones relacionadas con mejoras ambientales, aunque se encuadran en la "dimensión interna" se verán afectadas por la actual restricción al crédito y el relajamiento de las políticas de control gubernamental.

Por el contrario, es probable que las demás prácticas de RSE interna se vean reforzadas porque suponen más reflexión que inversión.


1) El rol del Departamento de Recursos Humanos


La crisis afectará notablemente las políticas de Responsabilidad Social relacionadas con el área de Recursos Humanos.

En un contexto de despidos masivos y reducción de gastos, las decisiones empresariales serán examinadas con lupa por buena parte de los empleados. Los directivos tendrán que dar la cara ante sus colegas como nunca lo habían hecho antes. Y eso requiere liderazgo auténtico.

Por otro lado, incluso en medio de una severa crisis, nadie renunciará a algunas conquistas como los avances en la igualdad de la mujer y en conciliación de vida laboral y familiar.

Por este motivo, muchas empresas están desplazando el "centro de masas" de la RSE hacia sus sus departamentos de RRHH. Y probablemente seguiremos viendo esta tendencia en el futuro próximo.


2) Gobierno corporativo


Por último, y no por ello menos importante, probablemente observaremos un avance significativo en las prácticas de buen gobierno, llevando la RSE de forma tangible a la Alta Dirección.

Ello sólo será posible a través de un estilo de management más responsable, donde el beneficio para el accionista sea más una "consecuencia" que una "finalidad".

Como decía Peter Drucker hace más de 30 años, las empresas deberán auditar no sólo sus cuentas, sino también su actuación respecto a la misión y valores corporativos.

Es poco probable que este cambio venga de la mano de regulaciones o de normas estilo ISO.

Más bien, parece que la transformación vendrá marcada por el éxito de algunas empresas líderes en RSE que también están demostrando excelentes resultados económicos, incluso en tiempos de crisis.

De igual manera, la conciencia creciente de que la actual crisis es, en gran parte, debida a una total irresponsabilidad económica originada en el sector financiero y extendida por otros agentes económicos, marca un camino inequívoco para iniciar las soluciones.

martes, 14 de julio de 2009

Ranking empresas responsables 2009

1. Oriencoop

Asociación público-privada
A la hora de hablar de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), Oriencoop, la segunda cooperativa de ahorro y crédito más importante de Chile, tiene bastante que decir: en sólo un año saltó de la duodécima posición al primer lugar en el ranking que realiza PROhumana y publica Qué Pasa.

Su gerente general, Nelson Jofré, explica que a través de la actividad financiera cumplen un rol social importante, pues bancarizan sectores en los cuales la banca tradicional no penetra, porque no es rentable o porque no se justifica instalar una sucursal en una localidad pequeña. "Pero junto con prestar servicios financieros a los segmentos más desatendidos de la población, también tratamos de contribuir a mejorar su calidad de vida. Por eso el mismo ejecutivo que orienta a un cliente en los servicios financieros, también le entrega asesoría en la postulación a programas sociales", cuenta Jofré.
La clave de esta estrategia es la asociación público-privada, ya sea con el gobierno central o con los municipios, cualquiera sea su color político, explican desde esta compañía con 54 años de existencia. Sus aliados más frecuentes en esta línea son Indap, Fosis, Injuv, Sernam, Sename y Chiledeportes.
A través de esta alianza, tienen tres líneas importantes respecto al trabajo con la comunidad. La primera apunta a niños y jóvenes en riesgo social y ejecuta programas en relación a la prevención de drogas y alcoholismo, el fomento al deporte y escuelas de verano.
La segunda prioridad se centra en los temas de género. "Estamos trabajando estrechamente con el Sernam y estamos certificados con el sello Iguala que básicamente verifica que se cumplan criterios internacionales de paridad y de igualdad de género dentro de la empresa y en la estrategia exterior de mercado", dice Jofré.
El tercer foco son los adultos mayores, quienes representan un tercio de la clientela de Oriencoop.
-De alguna forma se han transformado en un actor social dentro de la comunidad.
Más que un actor, somos un ejecutor de distintos programas sociales que ofrece el Estado en las distintas localidades en donde estamos presentes. Pero esto no lo hacemos por nada, lo hacemos porque gran parte del mercado atendido por nosotros tiene este tipo de necesidades. La VII Región, por ejemplo, está dentro de las regiones con índices más altos de violencia familiar, mayor maltrato a la mujer, más alcoholismo y cesantía. Tenemos muchas necesidades sociales y eso hace que desde siempre un sello de la cooperativa haya sido el alto compromiso con la comunidad. En nuestro plan de negocios del año, un buen porcentaje del presupuesto por definición debe ir a RSE, pues ésta tiene para nosotros que ver con la autosustentabilidad del modelo de negocio: me interesa que una madre soltera -y también su hijo- lo poco que pueda ahorrar lo ahorre en una libreta de Oriencoop, y para eso tengo que ayudarla.
-¿Cómo logran que los trabajadores conozcan estos estándares y los incorporen a su quehacer diario?
Capacitación. Exise un exhaustivo programa de inducción del trabajador desde que éste se incorpora, el cual tiene aspectos presenciales de charlas y también una parte de "aprender haciendo". Por ejemplo, los principios rectores del código de conducta los expongo yo. Pero además tenemos un plan motivacional que desarrollamos en distintos niveles: trabajadores nuevos, trabajadores de entre 5 a 10 años, y de 10 años en adelante. Este plan comprende talleres motivacionales, capacitación laboral permanente y beneficios familiares. También tenemos premios y compensaciones no monetarias que son muy bien recibidas y valoradas por los trabajadores, como por ejemplo que el día de su cumpleaños es completamente libre. Por eso tenemos altos niveles de retención de talento.
-¿Tienen planes especiales para promover el ahorro y la previsión entre sus empleados?

Sí, nosotros no sólo fomentamos el ahorro de nuestros trabajadores, sino que también el de sus hijos. Por ejemplo, a un trabajador que le abre una libreta de ahorro con nosotros a uno de sus hijos y que no hace más de un número determinado de retiros al año, le bonificamos la tasa de interés en un 25% más anual. También tenemos planes de retiro programado para la gente que está próxima a jubilar.
¿Existen métodos sistemáticos de evaluación de sus programas de RSE?-

Contemplamos un plan de evaluación anual de las tres dimensiones de la RSE: social, económica y ambiental. También tenemos certificaciones externas, y desde este año publicaremos anualmente nuestro Reporte de Sustentabilidad.
¿A quién responde el responsable de RSE?

-Tenemos una unidad de Responsabilidad Social Corporativa que responde directamente al gerente general, y a través de éste al directorio. Tiene status y presupuesto similares a los de las gerencias productivas. Hace pocos meses, además, y con el objeto de reforzar nuestras actividades en RSE constituimos una fundación, la cual pretende profundizar este tema y mejorar las líneas de financiamiento. La idea nació ya que al tratarse de una entidad financiera había muchas actividades que no podíamos ejecutar y proyectos que no podíamos adjudicarnos por ser una empresa con fines de lucro. Al tener una fundación, el escenario cambia.



2. Microsoft

Conectando tecnología y educación
El equipo de Ciudadanía (RSE) se ubica en uno de los laboratorios de reacondicionamiento de computadores, que se realiza junto a la Fundación Chilenter. Microsoft contribuye en este proceso con las licencias de software.

Pese a ser una reconocida multinacional, en Microsoft saben que en cada país en el cual operan tiene necesidades diferentes. En Chile, por ejemplo, están conscientes de la importancia que tiene impulsar programas que fortalezcan la educación y la innovación. Por ello, el gerente general de la filial chilena, Luiz Marcelo Marrey, ha fijado como uno de sus principales objetivos en RSE la óptica social. "Es ahí donde podemos impactar más directamente", comenta.
"La tecnología tiene el potencial de cambiar a la gente. A través de ella tú puedes hacer cosas que nunca pensaste. Ésa es la misión de nuestra empresa", explica Marrey, quien agrega que esta definición va muy emparejada con el espíritu que inspira la visión y concreción de la RSE en la empresa que dirige.
Microsoft en el mundo está fuertemente relacionada con los temas de filantropía que su creador, Bill Gates, hace a través de su fundación. Sin embargo, no está tan asociada a políticas de RSE propiamente tal.
-En Chile hace cuatro años que paramos de mirar la RSE como un tema de filantropía o como un aspecto más de marketing, cuestión que es natural en una primera etapa. A partir de 2005, dimos un vuelco e identificamos, a partir de nuestro modelo de negocios, qué hacemos bien y cómo aquello que hacemos bien puede impactar positivamente en los aspectos sociales, económicos y ambientales de la comunidad. Claros en este punto, desarrollamos programas de RSE asociados a este know how. Por eso, y a pesar de la crisis económica de este año, no hemos parado ninguno de los programas que tenemos en Chile e, incluso, estamos desarrollando nuevas ideas para temas que se deben mejorar.
-¿Cuáles diría que son los programas más destacados que tienen en RSE?

En el área social los programas más importantes son aquellos relacionados con la educación. Me gustaría destacar un programa donde capacitamos a profesores, alumnos y escuelas en el uso de tecnologías. Comprendemos que la tecnología es un medio y no un fin en sí mismo, pero también sabemos que no existirán profesionales exitosos en el mundo de los próximos 20 años que no sepan de tecnología. Entonces conectar ese concepto con la enseñanza es muy importante.
La otra rama importante que tenemos en el área social son los lazos que establecemos con ONGs. Esto comenzó hace años con la donación de software y migró hacia la capacitación de ONGs en el uso de tecnologías a través de programas de voluntariado de nuestro equipo.
¿Existen planes en el ámbito económico?

En el área económica, me gustaría destacar dos programas: el primero tiene mucho que ver con la generación de empleo y se trata de capacitar profesionales de las tecnologías. Para ello, tenemos una comunidad de cerca de 40 mil personas en Chile que se capacitan a través de actividades presenciales u on line.
El segundo, es un programa que tenemos con tres universidades (Universidad de Chile, Federico Santa María y Adolfo Ibáñez) y que busca generar propiedad intelectual chilena. Este tema es uno de los pilares de la innovación y Chile aún está débil. Para ello trabajamos el tema desde la donación de software a estas universidades para que lo puedan usar internamente. También capacitamos a los alumnos y creamos centros donde pueden aplicar tecnologías a casos reales de empresas. En esta línea, hemos avanzado al tema de incubación. Por último, en diciembre pasado lanzamos un programa que ayuda a pequeñas empresas que necesitan insumos tecnológicos para poder competir. Ya tenemos 85 firmas inscritas en este plan, las cuales pueden usar nuestra tecnología gratuitamente hasta que consigan ventas por US$ 1 millón.
¿Y qué pasa con los proyectos ambientales?

Tenemos el programa de regeneración de computadores con Chilenter que para nosotros es muy importante. Internamente, además, hemos avanzado en crear técnicas de reciclaje. Pero estamos empezando. A futuro queremos educar a la gente en que el uso de ciertas tecnologías puede impactar en el medio ambiente de forma muy positiva.
-¿Tienen alianzas con el Estado en temas de RSE?

Muchas, desde alianzas sociales hasta de negocios. Te doy un ejemplo, firmamos un acuerdo con la Junaeb para concretar el programa "Yo elijo mi PC". La iniciativa contempla que el gobierno done los PC (hardware) y Microsoft desarrolle el software -Windows y Office competitivos- a un precio simbólico. También tenemos un proyecto con la PDI: le donamos un programa a la institución para prevenir la pedofilia por internet y anticipar tendencias de este tipo.
¿Mantienen programas de capacitación para los empleados y sus familias?

Sí, hay bastante de eso: programas de vacunación, gimnasia, cursos de primeros auxilios y también capacitación laboral. Algo muy interesante que hacemos en esta área es el programa de prácticas. Hoy tenemos 25 internos trabajando y ese plan es de mucha importancia para nosotros, porque damos oportunidades a los jóvenes egresados para que se desarrollen, y ellos a su vez impactan fuertemente en la organización con su gran energía e ideas novedosas.



3. BCI

Acciones para generar progreso
Bci creó un Equipo de Mejora Continua de RSE. En la foto, sus integrantes junto a algunas personas favorecidas por esos programas.
Lionel Olavarría, gerente general del Bci, es enfático: "En nuestro banco -el cuarto más grande de Chile- la RSE está integrada en el ADN de la gestión. Por eso lo que hacemos debe generar progreso para todos nuestros públicos de interés: clientes, proveedores, accionistas, colaboradores y la sociedad". Por lo mismo, dice, buscan un equilibrio en el aspecto social, económico y ambiental -los tres pilares de la RSE-. No obstante, reconoce que desde sus inicios el mayor énfasis de la empresa ha estado en la calidad de vida y el desarrollo profesional de sus colaboradores, en el apoyo a la pyme y en el aporte a organizaciones sociales de niños y ancianos de escasos recursos y en riesgo social.
Olavarría también destaca que la RSE es para ellos un proceso de mejora continua. "Las iniciativas deben medirse y ver si se están cumpliendo los objetivos planteados. Luego, y dependiendo de los resultados, se deben ajustar los programas, potenciar otros y eliminar aquellos que no aportan", comenta. Para ello, cuentan con un equipo intergerencial formado por ejecutivos de diferentes áreas: es el denominado Equipo de Mejora Continua de RSE, con el que realizan el seguimiento y plantean nuevos desafíos.
-Considerando que estamos viviendo un año de crisis, ¿cómo se manejó el presupuesto en RSE de la empresa durante este ejercicio?

Este año hemos rebajado en 7% el presupuesto de RSE, en línea con los presupuestos corporativos. Sin perjuicio de ello, hemos aumentado el número de programas en esta área que aportan a la sustentabilidad ambiental, social y económica de la empresa, redoblando nuestros esfuerzos en eficiencia y productividad, pues nuestro desafío es hacer más con menos.
-¿Tienen una política laboral de beneficios para sus trabajadores?

Bci es una empresa que se caracteriza por entregar a sus colaboradores beneficios superiores al resto del mercado. Ello se desprende de una política laboral que está contenida en el documento llamado "Nuestro Compromiso", donde se establecen los principales criterios, y cuyo objetivo es entregar a nuestros colaboradores y sus familias una calidad de vida digna, un trabajo estable y posibilidades de desarrollo personal, familiar y profesional, ofreciendo instancias de formación y capacitación, incentivando, reconociendo y premiando el esfuerzo individual y disminuyendo las brechas salariales.
-¿Cómo es su política previsional?

Ofrecemos charlas, informativos y consejos por e-mail, con el objeto de que los colaboradores puedan tener acceso a las mejores alternativas previsionales de acuerdo a sus requerimientos y edad. Aquellos que están próximos a cumplir la edad legal para jubilar, reciben orientación y asesoría de un supervisor respecto de las etapas que deben abordar para cumplir con este proceso. En el caso de aquellos que deciden acogerse a un plan de retiro voluntario, Bci paga la indemnización por años de servicio sin los topes establecidos por la ley.
-Más allá del pago de sueldos e imposiciones, ¿qué planes contemplan para el desarrollo laboral y personal de los empleados y sus familias?

Contamos con un plan de capacitación y aprendizaje. Así, más del 80% de los colaboradores son capacitados con un promedio de 55 horas anuales. Paralelamente, contamos con el programa "Bci Contigo" que reúne todas las iniciativas y beneficios que ofrece la empresa a sus colaboradores y sus familias y los unifica en tres áreas: familia, salud y recreación. En el ámbito familia, disponemos de becas de rendimiento académico y becas de estudio e intercambio en Estados Unidos para hijos de colaboradores; bono por cada hijo en edad escolar; becas de estudios para colaboradores; productos y servicios financieros en condiciones preferenciales, beneficios asociados a la vivienda y retorno paulatino por postnatal, entre otros.
En el campo de la salud, contamos con un plan de seguro complementario, convenio colectivo isapre, convenio de descuento por compras de medicamentos, fondos de salud de alto riesgo, exámenes preventivos, programas de vacunación, entre otros.
En el área de recreación, desarrollamos actividades deportivas, y disponemos de más de 80 convenios en lugares de entretención tan diversos como teatros, gimnasios, universidades, centros turísticos, etc.
-¿Existen proyectos comunitarios promovidos por su empresa?

Existen tres focos de trabajo en la comunidad: social, a través del apoyo a los adultos mayores y niños en riesgo social, educación y cultura.
En lo social, tenemos una alianza con la Fundación Las Rosas y la Corporación Crédito al Menor, organización que acoge a niñas en riesgo social, creada hace 18 años por los colaboradores de Bci y apoyada por la empresa. Con ambas instituciones tenemos un programa de voluntariado que permite a los colaboradores realizar acciones sociales en horas laborales. Además, tenemos voluntarios que imparten cursos de alfabetización digital y alfabetización financiera a microempresarios.
En educación, apoyamos programas que fomenten el emprendimiento y entregamos becas a estudiantes universitarios de escasos recursos. Y en cultura, realizamos visitas guiadas a nuestra colección de arte privada de pintura chilena, apoyamos a la Orquesta Nocedal formada por alumnos de ese colegio de La Pintana, y hacemos un concierto anual gratis con el Teatro Municipal para toda la comunidad.




lunes, 13 de julio de 2009

Concurso busca un Chile más Verde


"Chile Verde: Medio Ambiente y Energía, la suma que multiplica”, es el nombre de un proyecto multimedia, inédito y de largo plazo que espera identificar el compromiso nacional por lo verde y recopilar las mejores prácticas ambientales impulsadas por el gobierno, empresas privadas, organizaciones sociales e instituciones educacionales, entre otros.

El proyecto, que contempla la realización de un libro, exposición y web, se encuentra en su fase inicial, con un levantamiento de casos –que estén en plena ejecución o en alguna etapa de la puesta en marcha-, para posteriormente ser evaluados de acuerdo a rigurosos criterios de selección, a fin de escoger las mejores iniciativas que estarán contenidas en el libro. Por tanto, “Chile Verde”, busca promover, destacar y difundir casos que contribuyan al cuidado y reservación del medio ambiente, así como al desarrollo e implementación de energías eficientes - no contaminantes.

Todos los interesados podrán postular al proyecto mediante una ficha técnica simple ubicada en la web www.porunchileverde.cl También podrán solicitar información al mail: porunchileverde@midia.cl y a contacto@porunchileverde.cl El plazo de postulación vence el 20 de julio, fecha en la que comienza la preselección de casos. A continuación los proyectos serán evaluados por un comité de expertos, constituido por destacados especialistas en materia medio ambiental y energías. El equipo, al igual que el proyecto, es transversal y representativo de diferentes sectores sociales, disciplinas y actividades productivas del país, incluyendo al Estado, empresas, ONGs, Universidades, Fundaciones y hasta del ciudadano común, de modo de crear sintonía entre todos los involucrados.

Entre los expertos destacan connotados profesionales como Ximena Abogabir de Casa de la Paz, Bernardo Reyes de Ética en los Bosques, Ricardo Bosshard de WWF, Bronwen Golder, Pablo Vidal de Acción RSE, Denise Montt de Remade Chile, Javier del Río, arquitecto, académico y experto en Bioclimática; Maryann Ramírez de Innova CORFO, Nicola Borregaard CAMCHAL (Cámara Chilena-Alemana de Comercio e Industria); Félix Maldonado, Fundador a la Red Latinoamericana de Ecodiseño PNUMA-ORPALC; Guillermo Scallan, Fundación Avina; Álvaro Verdejo, Asesor Ambiental ASIVA (Asociación de Empresas de la V Región); Josefina Heiremans, Directora de comunicaciones Remade Chile; Marcos Kulka Gerente General / CEO Fundación Chile; Claudio Gómez, Director Museo Nacional de Historia Natural y el periodista Nicolás Luco.

Lo más trascendente del proyecto es llevar la discusión a todos los sectores de modo que todas las generaciones logren comprender la relevancia de las buenas prácticas ambientales. “El desafío es pasar de tocar un tema sensible y difícil a poder hablar y trabajar alineados por un futuro mejor donde el ciudadano medio entienda y opine con conocimiento de causa”, añadió Teresa Vial, directora de MIDIA, a cargo de la edición del proyecto. A la vez destaca la colaboración de Mineduc y Dibam en la producción y difusión de sus contenidos.

jueves, 9 de julio de 2009

Lo primero, ¿Qué es la R.S.E.?





La Responsabilidad Social Empresarial es el: “Hacer negocios basados en principios ético y apegados a la ley. La empresa (no el empresario) tiene un rol ante la sociedad, ante el entorno en el cual opera.



La decisión de hacer estos negocios rentables, de forma ética y basados en la legalidad es realmente estratégico, ya que con esto se generará:
􀂃 Mayor productividad: a través de mejores condiciones para el cliente interno que conduce a mejor retención de talentos y por ende menores índices de rotación;


􀂃 Lealtad del cliente: satisfaciendo sus necesidades, empezando por proveerle un lugar donde pueda transmitir sus necesidades y quejas. Además de calidad y precio, los clientes empiezan a demandar información de las condiciones de producción, las certificaciones que tiene el producto, entre otras; y


􀂃 Acceso a mercados: por cumplimiento de estándares y certificaciones exigidas por actores externos, incluyendo consumidores.


􀂃 Credibilidad: la empresa que es respetuosa de las personas, comunidades, medio ambiente y la sociedad en su conjunto proyecta una reputación que le garantiza mayor sostenibilidad en el tiempo, reduciendo riesgos, anticipándose a situaciones que pueden afectar la empresa, mayor agilidad para reaccionar y adaptarse y generando confianza.




La RSE no es una cultura de la filantropía, no se busca que las empresas se conviertan en obras de beneficencia, ya que las empresas están hechas para ser rentables. Esto implica que las empresas adopten una postura activa y responsable en torno al impacto de sus operaciones. Esta cultura es una forma de hacer negocios que le garantiza mayor sostenibilidad a lo largo del tiempo a la empresa y crecimiento económico.


La RSE es el rol que le toca jugar a las empresas a favor del Desarrollo Sostenible, es decir, a favor del equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el medio ambiente. Este equilibrio es vital para la operación de los negocios. Las empresas deben pasar a formar parte activa de la solución de los retos que tenemos como sociedad, por su propio interés de tener un entorno más estable y próspero.


El objetivo principal que persigue la responsabilidad social empresarial radica en el impacto positivo que estas prácticas generen en los distintos ámbitos con los que una empresa tiene relación, al mismo tiempo que contribuya a la competitividad y sostenibilidad de la empresa.




Las empresas tienen la responsabilidad de conocer el entorno en el que operan. Deben tener un claro conocimiento de todo lo que rodea su empresa, no solo en términos geográficos, sino en términos del conjunto de reglas, leyes que rigen su operación, y todas las actividades relacionadas directa e indirectamente con la empresa.




Es importante reconocer que existen públicos o actores con los que toda empresa se interrelaciona. A estos, se les llama “públicos interesados”. Los públicos interesados son todas aquellas personas a quienes el negocio afecta y se ven impactados por la empresa de manera negativa o positiva.



La empresa puede orientar sus prácticas responsables hacia el interior de la empresa o hacia fuera de la empresa. En cada caso ya sea interno o externo, existen diferentes públicos interesados hacia donde puede focalizar su acción.




Algunos públicos interesados están a lo interno de la empresa, como lo son los colaboradores, accionistas, y la alta gerencia por ejemplo. A lo externo de la empresa, encontramos a los proveedores, clientes, y la comunidad en general.



Delimitar el impacto interno y externo que tiene la empresa es fundamental. Es así entonces, que nace la pirámide de la responsabilidad social empresarial. La pirámide es una herramienta que ha sido creada con el propósito de ayudar a las empresas a definir las áreas de acción en términos de responsabilidad social empresarial. Es a través de la pirámide que las empresas forman criterios para priorizar políticas de RSE.



En el área interna, estas prácticas están enfocadas en valores y transparencia que definan el actuar de la empresa, e inciden directamente en los actores internos (colaboradores). Las prácticas externas están vinculadas a toda la cadena productiva (proveedores, consumidores / clientes) Además, abarcan temas como el respeto al medio ambiente, las comunidades que los rodean y al Estado.

La empresa socialmente responsable debe serlo en principio desde su interior porque su principal responsabilidad es con sus colaboradores, que finalmente son los que hacen posible el negocio.



Una empresa que no enfrenta problemas internos, en donde sus colaboradores se identifican con ella y que tiene una trayectoria transparente en términos del cumplimiento de la ley, garantiza mayor éxito en el resultado de sus acciones y le provee mayor legitimidad a sus prácticas a lo externo.




Una vez cumplidos estos requerimientos fundamentales, la empresa puede enfocarse hacia la dimensión externa y tendrá mayor impacto positivo. Esto se debe a que en una empresa en la que se adoptan valores éticos, existe transparencia en las operaciones y se cumple con los requerimientos legales, transmite mayor confianza a lo externo con sus proveedores, clientes, gobierno y con la sociedad en su conjunto.


La RSE facilita la identificación y constitución de conglomerados (“clusters”), pues este modelo busca la forma que la empresa pueda mejorar su relación con su cliente y con su proveedor, buscando constituir cadenas productivas socialmente responsables, para que se pueda hablar de un producto o un servicio socialmente responsable.




Así mismo, ampliando el círculo de influencia de las empresa, esta deberá actuar buscando generar una vinculación con los planes de comunidad, los planes municipales, los planes departamentales, y finalmente los planes de nación.
Si logramos que estas prácticas sean parte de nuestra estrategia empresarial, de nuestra forma de hacer negocios los 365 días del año y que todos los colaboradores de nuestras empresas viva esta nueva cultura empresarial, tendremos personas que contribuyan concientemente con sus acciones al éxito de las empresas, convirtiéndolas en empresas líderes y ejemplos dignos de seguir.



Estas ideas se concretaron gráficamente por Comité de empresarios en la Pirámide de RSE que se aprecia en el Anexo 3A. La pirámide está adaptada a la realidad de Guatemala, porque en los países desarrollados los elementos internos de la pirámide se practican en un alto porcentaje (aunque no necesariamente). En el contexto guatemalteco su aplicación es aún incipiente, pero son acciones que van a permitir erradicar la pobreza, ampliar el mercado y generar competitividad.



De esta forma, se determina la relación entre pobreza, mercado y competitividad, así como el efecto retroactivo que esta cadena crea. Si se desea lograr que las empresas sean competitivas, éstas deben empezar por crear las condiciones adecuadas de mercado, que implica desde acciones de cumplimiento con el régimen legal hasta la participación en políticas de Estado, de lo contrario se caerá en un círculo vicioso que afianzará la pobreza en el país.


La Pirámide de RSE



CentraRSE ha definido una pirámide de RSE que define el orden de prioridad de la incorporación de la RSE. La pirámide es una herramienta que ha sido creada con el propósito de ayudar a las empresas a definir las áreas de acción en términos de responsabilidad social empresarial. Es a través de la pirámide que las empresas tienen los criterios que necesitan a la mano para poder diseñar políticas de RSE.



Como vimos anteriormente, la RSE se logra evidenciar a través de la ejecución de prácticas empresariales que generan un impacto positivo tanto a lo interno como a lo externo para las empresas que las apliquen. La empresa puede orientar sus prácticas responsables hacia el interior de la empresa o hacia fuera de la empresa y en cada caso existen diferentes grupos hacia donde puede focalizar su acción.
Queremos promover la implementación de éstas prácticas en dos contextos: El primero es a lo interno y el segundo es a lo externo de la empresa.
Este primer contexto, el interno contempla la interacción de los recursos de la Empresa en función de sus resultados. Para esto se consideran dos dimensiones: El Cumplimiento del marco legal ya que es necesario reconocer que la empresa no puede ser responsable socialmente si no
está cumpliendo, antes que nada, con el régimen legal ya que ésta es la base de cualquier acción de RSE y el fundamento para el desarrollo de cada uno de nuestros países. De cualquier otro modo, las acciones de la empresa carecerán de legitimidad y Sostenibilidad en el largo plazo. Recordemos que la evasión y la falta de transparencia no son sinónimos de competitividad y que tenemos que pasar de ventajas comparativas a ventajas competitivas sostenibles en el largo plazo, porque la mano de obra barata está dejando de serlo por la falta de tecnificación y productividad. Necesitamos invertir en el desarrollo de las capacidades de nuestra gente y nuevas tecnologías que incorporen también la preservación del medio ambiente.


El segundo paso de este contexto es propiciar el desarrollo de la persona dentro de la empresa. Los colaboradores son necesarios para el éxito de cualquier empresa, y en la medida en que estén más capacitados, más motivados, mejor tecnificados y con buenas condiciones laborales, la
competitividad de la empresa será mayor logrando así maximizar la productividad de las empresas. La legitimidad de una empresa socialmente responsable radica en el apego a estas dos dimensiones de carácter interno y sólo con esto, estaremos mejorando las condiciones de esa parte que nos corresponde de los 35 millones de habitantes de nuestra región para convertirnos en una región altamente competitiva, y por qué no también reconocer que tendremos más potenciales consumidores.



El segundo contexto es el externo, en donde ya se desarrollan las relaciones de la Empresa hacia fuera formando el vínculo empresasociedad. Dentro de este contexto se consideran tres dimensiones:
En primer lugar, la proyección a la familia del colaborador son las personas más cercanas a nuestra empresa que están fuera de ella. Trabajar con las familias de nuestros colaboradores reforzará la lealtad de todos hacia la empresa. Podemos extender los beneficios, capacitarlos, transmitir el trabajo que sus familiares realizan dentro de la empresa. Esto los convertirá también en aliados de nuestra empresa y en voceros del trabajo que realizamos.


En segundo lugar tenemos la proyección a la comunidad, la cual debiera ser básicamente articulación de alianzas con organizaciones públicas y privadas locales, con el propósito de integrar esfuerzos en la consecución de objetivos y metas comunes de carácter local y estructural que faciliten el desarrollo sostenible de la zona (autogestión, planes municpales priorizados, acciones estratégicas, visión largoplacista y todo aquello en lo que la empresa tiene impacto en la comunidad incluyendo el medio ambiente). Todo esto nos hará buenos vecinos corporativos.

Y en tercer lugar la participación en el diseño y ejecución de Políticas de Estado es la participación del empresariado en la agenda social del país es prioritaria, toda vez que el desarrollo productivo de un país está estrechamente ligado al desarrollo de sus habitantes”. La formulación de planes de nación de largo plazo, la ejecución de las acciones y cambios estructurales, así como la evaluación de los resultados, son funciones que el sector privado debe compartir con sus gobernantes para garantizar su continuidad y consecución. Las prácticas de interacción con las decisiones gubernamentales y diseño e implementación. Contribuir a generar un mejor clima de negocios.
Así mismo es importante resaltar que las acciones externas con la sociedad y otros, aunque son las más visibles, no hacen que la empresa sea responsable con la sociedad si no ha cumplido la RSE a lo interno. Son dos razones las principales, y la primera es que ese tipo de acciones no incrementan directamente la productividad de la empresa por lo tanto no contribuye a largo plazo a su competitividad y sostenibilidad. La segunda, desde el punto de vista de imagen, es que los efectos de las acciones a lo externo de la empresa contribuyen muy poco si no son respaldados por las acciones a lo interno. En cierto sentido no es legítimo que la empresa se quiera proyectar hacia fuera como una empresa responsable socialmente, si a lo interno no ha cumplido con las condiciones necesarias.






Fuente: CentraRSE